SOBRE LA MUERTE

“Como os he explicado anteriormente, el espíritu es el que progresa por mediación de la materia. El espíritu a través de varias vidas ha de pasar por un sin fin de pruebas. Por eso, unas veces pasará por la pobreza, otras por la riqueza, otras por enfermedades, otras por marginado, etc. Por eso, cuando una persona muere por causa natural, accidente, etc., si esta persona que muere es joven siempre se dice, o tenéis la costumbre de decir: "¡qué ha hecho este angelito!" o "¡qué culpa tiene este angelito!.. Pues si en verdad hubiera Dios, esto no lo consentiría!.." Pero lo que no sabéis, es que éstos que mueren jóvenes, o siendo aún niños, es porque ya han estado antes aquí en la tierra y les ha faltado algo (de tiempo) para (completar) su elevación.”

“Y no sabéis que con el egoísmo de tenerlo más tiempo, lo único que hacéis es perjudicarle, porque todo este tiempo que vosotros quisierais que estuviera entre vosotros sería para él el atraso en otro mundo. Por eso os digo, que en vuestra ignorancia, cuando lloráis por un familiar que ha fallecido, lo que hacéis es perjudicaros vosotros mismos y sobre todo a aquél que se ha ido.”

“También quiero que le digáis a la gente que cuando muera un familiar que no le pongan velas, porque el espíritu del cuerpo que ha fallecido, además de llevar la luz de Dios, bajan unos espíritus conocedores del camino para acompañarlo hasta su destino. Por lo tanto las velas no las necesitan.
Lo único que sí podría ocurrir con las velas es que, al estar encendidas, haya algún espíritu extraviado (o sea, perdido), y se acoja a esa luz que tenéis puesta en vuestra habitación, o en cualquier otro lugar de la casa, pudiendo repercutir en alguno de vosotros.”